Basta con que no se hagan por disposición propia, sino por petición ajena;
En ese momento, la mente se vuelve fofa y poco pensante.
Esta es una situación de esas, porque si he de escribir un párrafo expositivo-argumentativo que valga la pena ser leído, lo haré cuando me sienta inspirado y no por entregarlo como algo simple,
O en otras palabras, como una tarea.
Estoy completamente seguro de que el gran De Cervantes no hizo su obra emblema porque alguien se lo haya encargado, y mucho menos porque alguien le haya dado la idea, simplemente se inspiró, y eso le bastó para regalarnos un mundo “ingeniosamente” bello.
En conclusión, no voy a hacer textos que valgan la pena, única y exclusivamente, porque usted me pidió que lo hiciera.
POR: PIPE.
ESTUDIANTE INGENIERIA CIVIL UIS.
BUCARAMANGA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario